La obra comienza con la entrada al pueblo por parte de Leandro y Crispín los cuales ven a la ciudad como una forma de hacerse ricos, Crispín, con sólo su facundia, impone el crédito de Leandro como persona rica, generosa y culta, con la idea de preparar un golpe que consiste en que Leandro enamore a la hija de Polichinela, el hombre más rico de la ciudad, y se case con ella.
Una vez elaborado el plan, Crispín decide ponerlo en marcha, iniciando en la hostelería donde encontraron al Arlequín y al Capitán los cuales se volverían dos grandes aliados.
Doña Sirena y Colombina preparaban una fiesta pero por motivos económicos no la podían llevar a cabo así que, preocupadas por esto recurren a Arlequín para la música, pero se encuentran que Leandro y Crispín ya lo habían solucionado todo como parte de su plan maestro para enamorar a Silvia.
En el transcurso de la fiesta llega el señor polichinela con su hija y su esposa, Polichinela reconoce a Crispín por lo tanto Crispín decide aconsejar a Polichinela para que este impida el casamiento de Silvia con Leandro, él cual se encontraba bien a gusto con Silvia, de la cual se enamoró de verdad y no falsamente como se había planeado originalmente.
Crispín con sus mentiras había puesto en contra de Polichinela a todo el pueblo, puesto que el había dicho que Polichinela había mandado a matar a Leandro y que este se encontraba mal herido, por lo que Silvia escapó para poder ver a Leandro, ella también se había enamorado perdidamente de él.
Polichinela se da cuenta de lo que trama Crispín, pero no puede escaparse de las redes que éste le ha tendido. Al final le atrapan con la ayuda de todos los acreedores quienes, convencidos por Crispín, ven en la boda de los dos jóvenes la única solución para recuperar su dinero. Hasta la Justicia se verá remunerada por esta solución pragmática, aunque fraudulenta, propuesta por Crispín.
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